Winston Churchill. Carácter es destino
La City se embozó en su mejor niebla, las campanas del Big Ben enmudecieron y las grúas del Támesis se inclinaron en lenta reverencia para acompañar el funeral de Winston Churchill. Era el 31 de enero de 1965 y aquella fue una ocasión augusta. Londres –refieren los cronistas- no había visto nada igual desde los tiempos de Gladstone. Tampoco iba a volverlo a ver: las exequias del gran estadista fueron las últimas “en la tradición [...]