En el Esquire del mes de mayo publico un reportaje sobre el pionero aviador y marino inglés Francis Chichester, bajo el título «Francis Chichester. El más libre. El más solo». Les dejo el primer párrafo:

“El día que cumplió sesenta y cinco años, Francis Chichester rescató su vieja chaqueta de esmoquin, abrió los regalos de familia y amigos y –sentado ya para la cena- descorchó una botella de champán. Tras superar un cáncer y llegar a una edad tan redonda, puede pensarse que su celebración –sin duda elegante- no fue una celebración en exceso fastuosa. Aquella noche, sin embargo, estaba destinada a quedar como “uno de los grandes momentos” de su vida. Y es fácil saber por qué. Copa a copa, Chichester iba a apurar ese champán en la cubierta de su barco, a cientos de millas del puerto más cercano, mar adentro en las corrientes del Atlántico Sur, libre y solo –en definitiva- como pocas personas han estado libres y solas en el mundo. Esos son ingredientes para un cumpleaños de excepción. Ya entrada la noche, cuando terminó su fiesta íntima, el navegante todavía tuvo tiempo de echar la vista atrás, contemplar el paisaje de su vida y –finalmente- abrir el alma en su diario. “En cualquier objetivo’, escribió, ‘hay que dar lo mejor que tenemos. Sólo en eso está la satisfacción de haber vivido’”.

 

Ignacio Peyró
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